Los alimentos procesados son aquellos que han sido tratados con algún tipo de transformación industrial; es decir, no se consumen en su estado original o natural. La categoría incluye una gama de productos muy amplia; no obstante, conviene tener en cuenta el grado de transformación que se emplea en el proceso. No es igual comprar un envase de fruta ya preparada, lista para tomar, que un producto ultraprocesado, rico en azúcar, sal y grasas, tal como se explica en este blog sobre nutrición.

La industria de la alimentación no deja de ofrecer artículos que son cada vez más atractivos. Tienen un precio asequible, son de fácil acceso y están listos para comer. Se trata de productos que poco a poco relegan a los alimentos de toda la vida, poco o nada procesados. Y las estanterías de las grandes superficies los ofrecen por doquier. Mientras tanto, la demanda de lo fresco en los mercados de siempre está en un franco retroceso. De este modo, los hábitos saludables se reemplazan por un modelo alimentario que conlleva un riesgo considerable en lo que se refiere a la salud.

Alimentos procesados: cambios legislativos

El plan de colaboración para la mejora de la composición de los alimentos y bebidas y otras medidas pretende paliar un problema que no hace sino crecer. Es una iniciativa de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). Y se puede descargar aquí. Se pretende que la industria alimentaria reduzca el porcentaje de azúcar, sal y grasas de sus productos antes de 2020. Sin embargo, no es fácil hacer saludables un tipo de alimentos que supera en mucho las cantidades recomendadas de dichos componentes. Numerosos expertos ponen en duda la efectividad del plan. Lo tachan de poco ambicioso y consideran insuficientes el planteamiento. Este artículo informa al respecto.

Dado los intereses en juego, cuesta admitir que las empresas se autorregulen por sí mismas. Y es urgente una legislación que dificulte el acceso a los alimentos procesados y, sobre todo, a los ultraprocesados. Un tipo de comida que, por otra parte, abunda incluso en los lugares en los que debería estar limitada. El equívoco lema hay que comer de todo empeora la calidad de la dieta. Mejorarla debería ser un objetivo esencial de la Salud Pública. Más de la mitad de la población española supera el peso recomendado. Pero, hoy por hoy, no parece ser un asunto primordial.

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