Sueño y bienestar personal son dos piezas que no se pueden separar. Aún en circunstancias excepcionales, conviene que el sueño sea satisfactorio. Por ejemplo, en las que rodean la estancia en un hospital. Y es que los patrones del sueño se alteran con el cambio de horarios, los ruidos o las interrupciones que se derivan de los cuidados. El Instituto de Salud Carlos III ha puesto en marcha una iniciativa que trata de evitar unas consecuencias tan nocivas. Se trata de la campaña SueñOn®, cuya finalidad es promover el buen descanso nocturno. Está impulsada por el colectivo de Enfermería y se dirige a los pacientes, los profesionales y la población en general. Quienes se adhieren a ella lucen un distintivo que identifica su compromiso con la norma. La campaña se difunde en Twitter bajo la etiqueta #SueñOn y los medios de comunicación se hacen eco de su implantación.
Sueño y bienestar personal ¿cómo unificarlos?
Los problemas de sueño afectan a individuos de todas las edades. Casi un 30% de la población sufre problemas relacionados con sus distintos aspectos. Pero la incidencia aumenta en proporción directa a la edad. Es frecuente que los mayores tengan obstáculos para disfrutar de un buen descanso y sufran por ello. Dormir es una necesidad básica y la falta de sueño se acompaña de un funcionamiento diurno poco competente.
El sueño es una actividad cerebral muy compleja que refleja los ritmos del organismo, sometido a periodos de sueño y de vigilia. Pero no existe un número de horas fijo para conseguir un buen descanso. La duración del sueño se relaciona más con las características del individuo que con un patrón horario concreto. En general, son necesarias entre seis y ocho horas de sueño al día, aunque hay personas que duermen nueve o más; por el contrario, otras no llegan a seis. En cualquier caso, para evitar las dificultades con el sueño, se ha de mantener una buena higiene del mismo. Entre otras medidas, preparar con antelación al cerebro y rechazar fuentes de estímulos externos que dificulten el descanso.
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