Los estereotipos llevan a considerar que inteligencia y vejez son términos opuestos, aunque es un supuesto equivocado. El error obedece a que la etapa se suele relacionar con la decadencia y el deterioro. Sin embargo, en ciertos aspectos, el envejecimiento se acompaña de cambios positivos. Por ejemplo, a nivel de la inteligencia, ya que esta capacidad se incrementa con la edad.
En lo que atañe a este aspecto, la Psicología distingue entre dos tipos distintos: la inteligencia fluida y la inteligencia cristalizada. La primera hace referencia al razonamiento lógico, la velocidad de procesamiento de la información o la capacidad de adaptación a nuevas situaciones. Su punto mas alto se alcanza alrededor de la adolescencia y se vincula al desarrollo de las conexiones entre neuronas en la infancia. Según algunos autores, la inteligencia fluida es la propia del individuo, ya que no guarda relación con el aprendizaje ni con la cultura en que se nace.
Por el contrario, la inteligencia cristalizada se nutre de las capacidades, las destrezas y los conocimientos adquiridos. Su desarrollo estriba en la pericia de potenciar la inteligencia fluida. La formación, el aprendizaje y las vivencias de la persona dan lugar a distintos niveles de inteligencia cristalizada. Su grado, más o menos elevado, depende del modo en que esta sepa aprovechar las oportunidades que la vida pone a su alcance.
Inteligencia y vejez: el valor de lo vivido
Se ha comprobado que la experiencia, y por tanto la edad, contribuyen a mejorar la inteligencia cristalizada. La capacidad plástica del cerebro lo hace posible. En la medida en que el contexto y la motivación personal lo permiten, cumplir años nos puede hacer más inteligentes. En líneas generales, a los 45 años, una persona tiene el triple de vocabulario que a los 20; así mismo, a los 60 años, el volumen de información que almacena su cerebro es cuatro veces mayor. Los investigadores afirman que, gracias a este capital de conocimientos, las personas mayores pueden hacer juicios sabios; es decir, tomar decisiones basadas en experiencias complejas acumuladas a lo largo de la vida. No obstante, para que inteligencia y vejez no se separen, hay que ejercitar el cerebro. Y los ejercicios de memoria para mayores cumplen cada semana esa función. ¡No te los pierdas!
Buenas tardes. He escuchado que las personas que son mayores de 50 años se les hace más fácil aprender otras idiomas es esto cierto. ?
No parece que la edad en sí misma sea un factor de influencia positivo en el aprendizaje de idiomas. Hasta donde yo sé, solo el dominio previo de idiomas distintos al materno facilita la adquisición de otros nuevos. Un saludo.