Cuidar la salud es una buena práctica a cualquier edad, pero durante la vejez resulta aún más efectiva. La velocidad del declive que acompaña a esta etapa no es la misma en todos los casos. Y es que el estilo de vida desempeña un papel crucial. Y a ello cabe atribuir que hay personas en óptimas condiciones pese a su avanzada edad. Esta circunstancia se suele achacar a los genes; o a la suerte, que viene a ser similar. Pero la investigación asigna al bagaje genético un peso de tan solo el 20%.
A menudo, los medios se hacen eco de campañas cuyo fin es la promoción de la salud. Con la celebración de días señalados se pretende resaltar la conveniencia de su cuidado. No obstante, esta circunstancia pone de manifiesto lo inusual de tal comportamiento; de lo contrario, no habría que insistir en sus beneficios. Bajo el lema “Tú puedes hacer mucho por tu salud” la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) celebró la Semana del Autocuidado por 4º año consecutivo. El objetivo es difundir estrategias y conocimientos que impulsen y ayuden a la población a mantener un mayor autocuidado de su salud y bienestar.
Cuidar la salud, ¿de qué depende?
A lo largo de la semana del autocuidado, 600 participantes realizaron una encuesta. Los datos revelan que la mayoría lo considera esencial para el mantenimiento y la mejora de la salud. Sin embargo, 9 de cada 10 manifiesta que no se cuida lo suficiente; un hecho que llama especialmente la atención. Cuidar la salud es una conducta muy valorada en general pero, al plasmarla en el día a día, hay una gran distancia entre la teoría y la práctica. La necesidad de los cambios no se puede negar. La Promoción y la Educación para la Salud son primordiales a la hora de aumentar el nivel de salud individual y colectiva. En este sentido, urge la reflexión sobre el papel del sistema sanitario, tal y como está estructurado. Porque una realidad así merece ser cuestionada.
El decálogo del autocuidado se puede descargar aquí.
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