Promocionar la salud en la vejez es una necesidad que no se debe aplazar más. La crisis por la pandemia de la Covid-19 ha mostrado las carencias que aquejan a los mayores. Quizá se rebata que no todas atañen al ámbito de la salud. No es así. La noción de salud va más allá de la ausencia de enfermedad. Se asocia al bienestar de la persona, aunque no solo al físico, también al psíquico y el social. La OMS lo señaló al final de la década de los 40 del siglo XX; no obstante, es muy poco lo que se ha avanzado en este sentido.

La salud es un recurso que permite llevar una vida satisfactoria y provechosa. Pero son muchos los factores de influencia; la mayoría, de orden social. No son los genes los que determinan su mayor o menor grado, sino el contexto que ciñe a la persona. De ahí la frase de que el código postal pesa más que el genético. No es una exageración. El sistema que rige las condiciones de vida media tanto en el bienestar de la población como en el del individuo. Y, desde este punto de vista, promocionar la salud en la vejez es defender los derechos humanos de los mayores.

Envejecimiento y enfermedad no son lo mismo; sin embargo, a medida que se cumplen años, es más probable que la salud se resienta. El coronavirus se ha cebado con la vejez. Pero no hay duda de un hecho. Y es que el SARS-CoV-2 no se ensaña tanto con los mayores como con los más frágiles. Por tanto, se necesitan medidas que mejoren el bienestar en la edad avanzada. No se trata de vivir más, sino con calidad de vida. 

Qué es promocionar la salud en la vejez

En 1986, la Carta de Ottawa planteó las áreas de acción para la Promoción de la Salud. La primera es el impulso de políticas saludables desde el sector público; la segunda, la creación de ambientes que contribuyan a mejorar la salud; la tercera, el fortalecimiento de la acción comunitaria; la cuarta, el desarrollo de habilidades personales; por último, la quinta, la reorientación de los servicios de salud

Huelga decir que no se han cumplido. Y ninguna es tan costosa como para no llevarla a cabo. La Promoción de la Salud se dirige a todos, aunque los mayores se beneficiarían en gran medida de ella. Hoy por hoy, solo es posible a pequeña escala. Hay en juego intereses de peso en contra. La salud no parece rentable en el sector de las finanzas, mientras que la enfermedad sí que lo esLas estrategias de acción se anuncian a lo grande. A la vista de los resultados, queda la duda de si se ponen en marcha o no. 

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