Combatir el calor ha de ser una norma obligada cuando la temperatura se eleva por encima de lo habitual. Y es que las altas temperaturas entrañan graves riesgos para la salud; sobre todo en los niños y ancianos, pues sus organismos son más vulnerables. El cuerpo humano mantiene estable su temperatura mediante un sistema regido por el hipotálamo. Esta glándula, del tamaño de un guisante y situada en la base del cerebro, actúa a modo de termostato interno. Pero el exceso de calor dificulta el mecanismo que mantiene la temperatura del cuerpo alrededor de unos 36,5ºC. Y si el sistema falla se produce un estrés térmico que provoca daños irreparables.
Los episodios de altas temperaturas se repiten cada vez más en los últimos años. Y los riesgos por exceso de calor se agravan. Los expertos no dudan en atribuir el hecho al cambio climático. En las últimas semanas, numerosas regiones del planeta han registrado temperaturas inusualmente altas. El fenómeno se ha producido incluso en zonas ajenas a tal condición, como se muestra en el enlace. Conviene por lo tanto estar alerta ante la aparición de nuevos episodios y evitar sus efectos más perjudiciales con pautas preventivas.
Medidas que contribuyen a combatir el calor:
- Realice las actividades físicas de mayor esfuerzo a primeras horas de la mañana.
- Evite permanecer en el exterior en las horas centrales del día.
- Utilice protectores siempre que se exponga a la radiación solar.
- Use ropa de colores claros y un calzado cómodo, seguro y que transpire.
- Cierre las ventanas antes de que la temperatura se incremente.
- Baje persianas, toldos y cortinas para oscurecer la casa.
- Permanezca en las estancias más frescas en las horas de mayor calor.
- Utilice un ventilador; el movimiento del aire da sensación de frescor.
- Dúchese, o refresque el cuerpo con paños húmedos, si siente el calor en exceso.
- Prescinda de comidas copiosas; sustitúyalas por platos más ligeros y frecuentes.
- Consuma verduras, hortalizas y frutas en abundancia para reponer líquidos y sales.
- Beba líquidos, no muy fríos; preferiblemente, agua y bebidas no azucaradas.
Por último, aunque no menos importante, conviene recordar que protegerse del calor no implica renunciar al contacto social. Los centros de mayores, culturales o asociativos, junto a los cines, teatros, restaurantes o cafeterías son recintos que suelen contar con un buen acondicionamiento contra el calor.
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