La diabetes sin insulina de Avelino se ha convertido en una historia digna de admiración. Trata del cuidado de la salud y su relación con los alimentos y el ejercicio. No es muy habitual encontrar casos así. Hasta a un experto en nutrición, como es Juan Revenga, le asombra. Y la opinión que le merece lo deja bien claro: «el mejor paciente del mundo». Ahí es nada. Lo ha dicho en PATIA, un blog que se ocupa de la prevención y control de la diabetes 2. Y no es la única reseña que le dedica; lo publica además en su propio blog, El nutricionista de la General, y en la red social de Twitter, donde miles de seguidores ven a diario sus tuits. En fin, que los avatares de Avelino se conocen bien.
Diabetes sin insulina desde hace 10 años
Ignoramos su apellido, pero no es necesario para ser el protagonista del mes en la sección de salud. Le basta con el mérito de ser capaz de controlar con su esfuerzo la diabetes tipo 2. La OMS considera la enfermedad como uno de los principales problemas de Salud Pública en el mundo. La diabetes afecta a más de 350 millones de personas en la actualidad. Y se calcula que dentro de 15 años ascenderán a 500. Se manifiesta cuando el páncreas no produce insulina, la hormona que regula la glucosa en sangre. La cifra de esta se eleva por encima de lo debido y, como resultado, surgen en el organismo complicaciones de salud muy graves.
A Avelino le diagnosticaron diabetes hace ya 37 años; es decir, a los 40 años, puesto que ahora tiene 77. Llegó a necesitar dosis de 60 unidades de insulina para controlar la glucosa. Sin embargo, hace 10 años que no la usa. Modificó sus pautas de alimentación y ejercicio. Y dejó de necesitar inyectarse. Tiene un blog donde lo cuenta. Describe sus hábitos con gran detalle; registra tanto lo que come como sus caminatas, en las que a veces recorre hasta 30 km. Un récord de actividad difícil de igualar. Ha sufrido varios ictus, pero afronta los problemas con ánimo. Él no se atribuye méritos. El mejor paciente del mundo a juicio de Revenga achaca su éxito al programa «El paciente activo«. Y es que, si los usuarios y los profesionales trabajan a una, la Educación para la Salud da grandes frutos.
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