Dormir con calor no es fácil; si la temperatura del día no baja por la noche, el reposo se resiente. Y hoy por hoy no hay visos de ello. En menos de un mes España sufre su segunda ola de calor, aún más larga e intensa que la anterior. El fenómeno, que afecta también a Europa, nos trae de cabeza. Se teme que en 2022 se superen el número de muertes del año 2003, ya que los datos son alarmantes. El riesgo es más que evidente. Los incendios no cesan. Y arrasan con lo que la naturaleza tarda años en desarrollar. Aún así, hay quien pone en duda el peligro.

Para alcanzar un descanso físico y mental es necesario un sueño reparador, pero hay variables que lo condicionan. Y el exceso de calor no es la menor. Por lo tanto, conviene tomar medidas. Lo primero es preparar el cuerpo a lo largo del día. La hidratación es esencial: además de un buen aporte de agua, comidas ligeras, como verduras, ensaladas y frutas. Hay que usar ropa fresca y no salir a la calle en las horas de más calor. Se han de cerrar las ventanas y bajar las persianas, al menos, hasta que se ponga el sol; así se evita que la vivienda se caliente de más.

Pautas que ayudan a dormir con calor

No conviene ir a la cama sin sueño; menos aún, en tiempo de calor. Una ducha tibia antes de ir a dormir lo mitiga; nunca fría, ya que el agua fría activa la temperatura del cuerpo y el problema se agrava. La ropa de dormir, al igual que las sábanas, ha de ser amplia y de algodón. Pero, si el calor aprieta, se prescinde de ella sin más. Un ventilador ayuda, pues reduce la sensación de calor; y los de techo son los más eficaces. Aplicar frío en el pecho, los brazos o las piernas también sirve. El mejor modo es con un pañuelo húmedo, bien escurrido. 

Por último, se ha de tener en cuenta que dormir mal invita a retrasar la hora de levantarse; al menos, si se puede hacer. Sin embargo, el gesto tiene un gran inconveniente: la noche siguiente será más difícil conciliar el sueño. Por lo tanto, aunque la meteorología nos imponga el calor, las horas de descanso y actividad han de ser regulares. En caso contrario, las dificultades con el sueño se agravan. Y hay que evitar ese trance.

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