Karen Armstrong es una escritora experta en religiones, que no solo es una referencia en este ámbito, también destaca por su compromiso con la difusión de una ética de la compasión, la paz y la solidaridad en el mundo. En 2017 recibió el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales, junto a Les Luthiers en el de Comunicación y Humanidades. Nació en Worcestershire (Reino Unido), en noviembre de 1944. De familia irlandesa, y por lo tanto católica, ingresó muy joven en un convento de monjas. Permaneció en él entre 1962 y 1969, año en el que abandonó los hábitos. Afirma que los principios de una religión no son lo mismo que el comportamiento de quienes la profesan; y que esa es la razón por la que perdió la fe.
Pero la renuncia al catolicismo no hizo disminuir su interés por la religión; por el contrario, la llevó a profundizar más y más en sus fuentes. Investigó sobre el cristianismo, el judaísmo y el islamismo para descubrir las raíces que tienen en común los tres credos; también sobre personajes como Sócrates, Buda y Confucio, entre otros, a los que considera básicos a la hora de comprender la sociedad de hoy. Su línea de trabajo está marcada por una gran labor de investigación que ha reunido en casi treinta obras y se ha traducido a más cuarenta y cinco idiomas.
El pensamiento de una escritora experta en religiones
Para Armstrong, la idea de Dios va más allá de las palabras. Defiende una visión más comprensiva del hecho religioso; cada religión tiene sus defectos e imperfecciones, no hay una mejor que otra. No está de acuerdo en que se asocie religión con dogmatismo; considera, por el contrario, que el rechazo a la violencia actuó de catalizador de los cambios religiosos. Sostiene que la espiritualidad es algo innato en los humanos. Y se opone a la idea de que las creencias separan más que unen, un rasgo que para ella es fruto de la naturaleza humana.
«Ahora estamos encerrados, y sabemos qué son el miedo, la ansiedad y la pérdida de libertad. Las escrituras nos dicen que debemos sanar el dolor del mundo y que esta experiencia debería cambiar nuestra cortedad de miras«. Qué mejor final que una frase de la propia escritora en una entrevista hecha ya en pleno confinamiento por el SARS-CoV-2 y que se puede ver aquí.
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