El procesamiento de la información es un modelo explicativo sobre el funcionamiento de la memoria. El origen se encuentra en la Psicología Cognitiva, surgida a partir de los años 50 del siglo XX. En esta disciplina se estudia la cognición, que permite al individuo conocer el mundo y tomar conciencia del mismo. Los mecanismos implicados en ella son, entre otros, procesos mentales como la percepción, la atención, la memoria o el pensamiento.
La Psicología Cognitiva vino a ocupar un campo de estudio dominado antes por la Teoría Conductista, que fue la hegemónica a lo largo de la primera mitad del siglo XX; sin embargo, sus supuestos no explicaban bien la complejidad de la conducta humana. Para el conductismo, la investigación del comportamiento debe de centrarse en los hechos que son observables. Y es que, dada su inaccesibilidad, la mente se considera como una especie de caja negra sin relevancia para el estudio. Pero el funcionamiento de las primeras computadoras modificó un enfoque tan reducido.
El ordenador y el procesamiento de la información
La Teoría de la Información se convirtió muy pronto en una metáfora capaz de explicar el desarrollo de los procesos mentales. Al igual que un ordenador, el cerebro recibe la información y la procesa, responde ante las demandas del exterior y posee una capacidad limitada; así mismo, almacena las representaciones simbólicas. Esta analogía de funcionamiento convirtió en elementos de uso común términos como input/ouput (entrada/salida), y procesamiento o codificación de la información. La similitud entre estructura y función también resultó ser una comparación útil. Y, así, las diferencias entre software y hardware de un ordenador se equipararon a las de la mente y el cerebro.
Y de este modo, la conducta humana perdió su condición de respuesta a estímulos; antes al contrario, se pasó a considerar el resultado de la experiencia. Y el individuo se convirtió en una especie de procesador activo de la información; es decir, en el agente de su propio comportamiento.
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