El 15 de noviembre es el Día Mundial sin Alcohol para la OMS. Se trata de una llamada de atención ante los peligros que conlleva esta sustancia. Y es que, a nivel social, su uso se acepta sin reparos. Una gran parte de la población no ve en ello una práctica de riesgo, ya que los mitos sobre el alcohol son muy numerosos. Entre otros, el de que fomenta la relación social, que favorece el sexo, que calma el dolor o que quita el frío.
Ninguno de ellos es cierto. Pero, el más falso de todos es el que anima a beberlo por sus efectos en la salud. Porque el alcohol no solo no la mejora, más bien la perjudica; incluso, a dosis bajas. Y mucho. La evidencia no admite dudas: no hay nivel de consumo seguro. Y ningún organismo o profesional de la salud lo debe recomendar.
Razones para un Día Mundial sin Alcohol
Cada año, el alcohol provoca 3 millones de muertes en el mundo; es decir, 1 de cada 5 fallecimientos. Los datos de España indican que causa la muerte de 15.000 personas. O, lo que es lo mismo, en nuestro país mata a 11 mujeres y 31 hombres a diario, ya que el consumo habitual es el doble en estos (1 de cada 2) que en las mujeres (1 de cada 4). Por el contrario, la adolescencia es una edad en la que ellas son las que más beben. Y el consumo crece, sobre todo entre los más jóvenes. La edad de inicio se sitúa en torno a los 14 años en ambos sexos.
El alcohol está tras el desarrollo de un sin fin de enfermedades, incluyendo entre otras las cardiovasculares, las hepáticas, las psiquiátricas y las neurológicas. Así mismo, se asocia con ciertos tipos de cáncer, de modo que eleva el riesgo de sufrirlos. Tiene un efecto adictivo que puede llevar a la dependencia y su abuso origina graves daños en el cerebro. Por otra parte, no se puede negar su conexión tanto con la violencia como en los accidentes de tráfico.
Pese a todo, el negocio del alcohol tiene alianzas potentes. Mueve un gran volumen de dinero y hace todo lo posible por mostrar una imagen amable y feliz de su uso a través de la publicidad. La invitación a beber es constante y la oferta, abundante; se vende hasta en las gasolineras. El alcohol es una droga, aunque legal, extendida. No parece fácil reducir su mercado de un día para otro. Pero la información al consumidor se ha de regular. Que no llame a engaño con ventajas sobre la salud; porque no existen. Cualquier consumo de alcohol supone un riesgo.
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