La actualidad está a vueltas con el envejecimiento y los mayores son de nuevo el centro de interés. El hecho en principio no es negativo; depende de cuál sea la razón por la que son noticia. Las despedidas sin abrazos aún nos duelen y los riesgos de la distancia social siguen en pie. Y es que los sombríos efectos de la Covid-19 no dejan de ser el motivo de la atención. Es triste, pero es así.
En esta ocasión el interés por los mayores llega de un estudio presentado hace días. El título no puede ser más sugestivo. Se trata de «El reto del envejecimiento desde una perspectiva integral«. El calificativo de integral es muy prometedor. Lleva a pensar en un análisis riguroso de la multitud de variables que encierra la cuestión. La duda surge al comprobar qué institución lo realiza. Y eso es lo que asombra, pues quien lo firma es el Consejo General de Economistas.
A vueltas con el envejecimiento… con un enfoque que no es integral
Para empezar, conviene precisar qué supone un término como integral. Su significado es «que comprende todos los elementos o aspectos de algo». Y no es el caso que nos ocupa. El estudio no contempla ni de lejos los factores que confluyen en un asunto tan complejo. Es decir, no es integral. A mi juicio, es ajeno a la visión de la OMS al afirmar que el envejecimiento de la población es un gran triunfo de la humanidad y uno de sus mayores desafíos. En este caso, parece que el reto es del individuo y no de la sociedad en pleno.
No voy a negar la importancia del papel de la economía en la sociedad de hoy. Según dicen, es el eje que mueve el mundo. Y quizá es cierto. Sin embargo, de lo que no hay duda es de que el altruismo no es su motor. Los planes de pensiones son un bocado muy goloso para las entidades bancarias. Y hace ya años que lo quieren gestionar a fondo. Están en su derecho; la ley las protege. Pero parece una broma que quieran hacer creer que tienen en su mano la solución a los problemas de la vejez. No nos tomen el pelo, por favor. Y menos con el telón de fondo del daño que el SARS-CoV-2 causa a la población de mayor edad. El estudio tiene una perspectiva económica, no integral. Y no se ha hecho en apoyo de los mayores, sino de las finanzas.
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