Acompañar al final de la vida fue el mayor empeño de Cicely Saunders, que nació el 22 de junio de 1918, en Bartnett (Inglaterra). Quiso estudiar Filosofía y no pudo. En plena II Guerra Mundial se inclinó por la Enfermería, pero una lesión de espalda le obligó a dejar las tareas más duras. En su afán de seguir junto a los enfermos, se volcó en el trabajo social. El trato con el dolor le hizo ver lo importante que es morir con dignidad. Y quiso implantar un modelo de cuidados más humano. En 1967, tras estudiar medicina, inició en Londres el Movimiento Hospice.
El ideario se refleja bien en una frase que se ha hecho célebre. «Usted importa por lo que es; importa hasta el último momento de su vida y haremos todo lo que esté a nuestro alcance, no solo para que muera de manera pacífica, sino también para que, mientras viva, lo haga con dignidad«. Hoy, esta labor se conoce con el nombre de cuidados paliativos. Su razón de ser es un tipo de atención centrado en las personas al borde de la muerte. El compromiso de Saunders con los que sufren dio nobles frutos. Y su quehacer logró multitud de premios y reconocimientos. Falleció en 2005, a los 87 años, dejando tras de sí la honda huella de su obra.
La labor de acompañar al final de la vida
Los cuidados paliativos no se limitan a aliviar el dolor. Es un tipo de atención que va más lejos, ya que su fin es mejorar la calidad de vida de la persona que sufre. Y es que la medicina no lo es todo. Para un enfermo terminal son esenciales la cercanía y el apoyo emocional. Y no en todas las ocasiones se pueden cubrir bien. En este sentido, el papel del voluntariado tiene un peso decisivo. Y es que las ONGs son instituciones en las que hay disposición para corregir una carencia. No es fácil acompañar al final de la vida; a cambio, la recompensa es grande. La persona que da su apoyo se beneficia más que quien lo recibe. Por ello, poner de relieve el legado de Cicely Saunders es un buen modo de celebrar el 8 de marzo, Día de la Mujer.
A la memoria de Fernando, a quien acompañé.
Muy interesante. No conocía la labor de esta señora. Sí la de Elizabeth Kübler Ross y siempre me atrae este tema. He leído algunos libros como “ La muerte un amanecer” y “ De la muerte y los moribundos” todos hemos de llegar a ese momento y es conveniente quitar el tabú del que se rodea a menudo a nuestra muerte. Un saludo.
En efecto, Elizabeth Kübler Ross hizo asimismo una gran labor en torno a la muerte.
Muchas gracias por su comentario.