Hablar de la salud mental es hoy por hoy obligado. Y es que la pandemia ha sido muy dura. ¿Quién no ha sufrido incertidumbre y temor? Más aún en su comienzo, cuando se ignoraba casi todo de ella. Ya no es así. El coronavirus sigue ahí, pero se sabe cómo prevenirlo y tratarlo; además, las vacunas nos protegen de él.
Sin embargo, las secuelas a nivel mental no dejan de aflorar. Y ponen de relieve la importancia de un ámbito de la salud que se suele relegar a un segundo plano. Por esa razón, el 10 de octubre es el Día Mundial de la Salud Mental, una llamada a destacar su valor. Porque sin ella no hay una vida plena y satisfactoria.
Hay que hablar de la salud mental… y mucho
Luis Rojas Marcos es uno de los expertos que más ha hecho por derribar el tabú que envuelve los asuntos de la mente. Su afán por la divulgación pone sus obras al alcance de todo tipo de lectores. Y no solo eso, es que refleja en ellas sus propias dificultades en un momento u otro de la vida. El psiquiatra lo afirma rotundo: hay que hablar. Cuanto más, mejor; aunque sea a solas. Y no a consecuencia de la pandemia; él ha sostenido el beneficio de tal práctica. Las mujeres hablan más y algo tendrá de bueno ese hecho, porque son más longevas que los hombres.
Nos lo recuerda en Somos lo que hablamos. Es un libro ameno, en el que cuenta mucho de sí mismo. De sus problemas de niño y de joven; de cómo se fue a Estados Unidos sin dominar el inglés. En fin, de una serie de dificultades que superó con tal éxito que llegó a ser el director de la Red de Servicios Psiquiátricos de la ciudad de Nueva York. También lo narra en su web. Se trata de un espacio on-line con entrevistas y videos; con sus publicaciones; las obras que ha escrito, que no son pocas. Y por supuesto su biografía, que muestra una vida entregada a poner de relieve el beneficio de sentirse bien.
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