Las mariposas del alma es el nombre con que denominó Ramón y Cajal a un tipo especial de neuronas; se trata de las neuronas piramidales, de las que fue su descubridor. La denominación se debe a la forma triangular de su soma o cuerpo celular y se encuentran en áreas cerebrales muy definidas. Se las ha relacionado con funciones relativas a la plasticidad cerebral y la cognición. El científico las describió como «células de formas delicadas y elegantes, las misteriosas mariposas del alma, cuyo batir de alas quién sabe si esclarecerá algún día el secreto de la vida mental”.
Las neuronas se componen de tres partes: cuerpo o soma, dendritas y axón. En el soma se aloja el núcleo de la célula, que a su vez contiene la información genética. Las dendritas son unas prolongaciones con forma de rama que transmiten los impulsos nerviosos. El axón tiene una doble misión. Por una parte, une las neuronas entre sí mediante las sinapsis; por otra, se entrelaza con otros axones y origina los nervios que conectan el sistema nervioso central con el resto del cuerpo.
Las mariposas del alma y la gimnasia cerebral
Santiago Ramón y Cajal (1852-1934) nació en un pueblo de Zaragoza en el que su padre ejercía de médico de la beneficencia provincial. Quien iba a imaginar entonces que alcanzaría un nivel de prestigio internacional tan elevado. Tras estudiar medicina, se interesó por las técnicas de observación microscópica de las células nerviosas. En el año 1906, su intenso y prolífico trabajo fue reconocido con el premio Nobel de Medicina. El documental que se puede ver en el enlace muestra su gran labor en el campo de la investigación neuronal.
En su tiempo, el Nobel hacía ya referencia a la gimnasia cerebral. Aseguraba que era un mecanismo capaz de multiplicar las conexiones nerviosas y mejorar con ello el funcionamiento del cerebro. La frase “todo hombre puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cuerpo” muestra su convicción. Fue sin duda el precursor de lo que hoy se conoce como estimulación cognitiva. Gracias a la continuidad de su trabajo por parte de otros investigadores, muchos mayores mantienen hoy su mente en una excelente forma.
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