Los mayores de hoy son muy distintos con respecto a los de épocas pasadas. Su imagen social se ha transformado y el resultado es que los estereotipos sobre el envejecimiento pierden vigencia. La representación más tradicional de la vejez suele incluir un sin fin de connotaciones negativas. Hasta no hace mucho, el deterioro físico y mental, la inactividad o la ausencia de proyectos se consideraban rasgos inherentes a las personas mayores. Sin embargo, son generalizaciones sin fundamento.
Naciones Unidas establece el umbral de la vejez en los 60 años. Pero cumplir esa edad no supone la asunción de unas pautas ya obsoletas. Quienes en este momento viven la vejez muestran un perfil alejado de unos mitos que no son ciertos. Y una gran proporción de los mayores de hoy manifiesta deseos y aspiraciones que, hasta no hace mucho, eran inusuales.
Calidad de vida de los mayores de hoy
El estado de salud, el nivel de autonomía, la cantidad de relaciones sociales o la satisfacción por la vida no son iguales que en las generaciones pasadas. Y de esta situación extraordinaria se nutre la calidad de vida en la vejez. A ello se une el hecho de que a los 60 años la esperanza de vida es de unos 30 años más. Y, como señala Alexander Kalache, no se puede pasar ese tiempo en un sillón. La gerontolescencia, como él denomina a la nueva etapa, ha llegado para quedarse. La edad avanzada no es sinónimo de decrepitud; son muchos los hombres y las mujeres mayores que, con empeño, se mantienen en una buena forma física. Y los medios de comunicación, junto a internet y las redes sociales, ofrecen cada día nuevos modelos de vejez.
La participación en el voluntariado, una fuente de altruismo, echa por tierra el supuesto egoísmo de los mayores. En la esfera política, plagada de estereotipos sobre su ideología, sorprenden las convicciones de ciertos personajes famosos; de encarar retos tratan las noticias sobre esta atrevida conductora y el afán de conocimiento de un veterano universitario; las nuevas tecnologías acogen con gusto el entusiasmo creativo; así mismo resulta original el modo en que esta intrépida anciana celebra su cumpleaños. Y qué decir del cambio en los mayores de hoy en el caso de esta animosa viajera. No obstante, queremos manifestar nuestro desacuerdo con el titular de la última noticia. Es bueno recordar, una y otra vez, que no todos los mayores son abuelos o abuelas, ni se trata de la condición más destacable en ellos. Llamemos así solo a los que son los nuestros. Y no nos equivocaremos.
La verdad hacen un trabajo que ayuda a brindar información importante, pero mientras iba leyendo vuestro artículos he tenido un problema, no me sale el autor o autora que realiza este trabajo, sería de agradecer para poder citarlo, en los trabajos académicos
Buenas tardes, Rosalía
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Muchas gracias por tu interés.