Los retos del envejecimiento son muchos y variados. Cada vez vivimos más y todo indica que la esperanza de vida seguirá aumentando en el futuro. En poco más de un siglo, la dinámica demográfica se ha transformado de un modo radical. Y conviene considerar el hecho como algo positivo, pues la alternativa a cumplir años no parece muy atrayente. ¿O no es así? Las estadísticas son bastante ilustrativas. En 1910, alcanzaba la vejez 1/3 de cada 100 nacidos. ¿Y qué sucedía con los 2/3 restantes? Pues que fallecían mucho antes. La mayoría en la más tierna infancia; los demás, a lo largo de la 2ª, 3ª, 4ª o 5ª décadas de la vida. Había sin duda un gran número de nacimientos; sin embargo, la pérdida de vidas era constante.
Hoy, por fortuna, ya no sucede lo mismo. Casi la generalidad de los que nacen concluye su ciclo vital completo. Se trata de un logro sin precedentes. Actualmente, llegan a la vejez 91 de cada 100 nacidos. Y se estima que, en 2050, la cifra ascenderá a los 95 de cada 100. Como resultado, las pirámides de población han cambiado de forma. Su estructura adopta un aspecto casi rectangular en vez de triangular. Y hay que alegrarse por ello. A lo largo de la historia, solo un reducido volumen de población ha tenido garantizado alcanzar una edad avanzada. Envejecer era un privilegio reservado a las clases más pudientes. Que la mayor parte de los nacidos supere el umbral de la vejez es por lo tanto una conquista social. En realidad, el envejecimiento de la población es el fruto de los avances económicos y socioculturales de los siglos XX y XXI.
Retos del envejecimiento: muchos y complejos
Que la proporción de personas mayores aumente no es por tanto un problema, sino un logro que implica nuevos desafíos. ¿Cómo se puede afrontar este hecho? Las respuestas no son obvias. Aunque sí está claro que el éxito dependerá del modo en que se aborde la cuestión. Los cambios necesario son notables. En primer lugar, hay que luchar contra los estereotipos que rodean a la vejez. Y ha de hacerlo la sociedad en su conjunto. Nunca los mayores han ofrecido un perfil más rompedor. Ha llegado la hora de cambiar su imagen social de una vez por todas. La actitud de la persona ante la vejez es determinante para vivir un envejecimiento activo.
Queda mucho por hacer en materia económica, de convivencia y de cuidados de salud. La lista es muy amplia y no se acaba ahí. Pero la humanidad se ha visto siempre ante dificultades. Y las ha resuelto. Nuestra especie lleva miles de años sobre el planeta. ¿Por qué dudar de sus posibilidades de acción? Los retos del envejecimiento se pueden superar. El progreso y la ciencia están a nuestro favor; no obstante, es imprescindible que exista voluntad política en pro de esta tarea. El 28 de abril hay elecciones generales en España. Los ciudadanos harán oír su voz una vez más. Las opciones de los mayores serán cruciales, pues suman más de ocho millones y medio de votos. Es de desear que no nos equivoquemos. Hay que pensarlo bien y… ¡a las urnas!
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