La riqueza invisible del cuidado es una publicación de Mª Ángeles Durán que explica la importancia social de cuidar. La autora ha orientado su quehacer profesional al estudio de esta materia. Y entiende por cuidado la gestión cotidiana del bienestar propio y ajeno. Defiende que el acto de cuidar ha de recibir un mayor reconocimiento, tanto a nivel social como económico. Y es que se trata de un recurso muy valioso, que debería incluirse en la contabilidad de los países como un bien económico más.
Quienes han asumido tradicionalmente el cuidado de las personas dependientes eran las mujeres cercanas a ellas. Así, la responsabilidad de atender a niños, enfermos o ancianos recaía sobre madres, esposas e hijas. Y, pese a que no hay duda de que es una fuente indudable de bienestar, la labor nunca se consideró como un empleo. Pero la incorporación femenina al mundo laboral ha hecho que el escenario se modifique. En reciprocidad, los varones se deberían haber incorporado a la labor. Sin embargo, no ha sido así; al menos, no con la equivalencia que se requería. Y hoy por hoy las mujeres añaden a su jornada de trabajo las horas que dedican al cuidado de otras personas.
En consecuencia, los cuidados informales ya no se solventan solo en el ámbito doméstico, sino que los cuidadores emigrantes ayudan en la tarea. Durán sostiene que el hecho ha dado paso a una nueva clase social. Y la define bajo el concepto de cuidatoriado. Es un colectivo con una mayoría de mujeres, carente de derechos sindicales, con una baja remuneración y, a veces, sin seguridad social. Según la OIT, (Organización Internacional del Trabajo), los cuidadores informales trabajan al margen de las normas de empleo que establece la ley.
Una vida investigando sobre la riqueza invisible del cuidado
Mª Ángeles Durán (1942) está vinculada ad honorem al Instituto de Economía, Geografía y Demografía del CSIC y es doctora honoris causa por la Universidad de Valencia. Estudió Ciencias Políticas y Económicas en Madrid. En 1971 obtuvo el doctorado cum laude con la tesis doctoral «El trabajo de las mujeres», consiguiendo con ello una beca en Estados Unidos. Ha ejercido como docente e investigadora en universidades españolas e internacionales. Y organismos tan prestigiosos como la UNESCO, la Comisión Europea o la Organización Panamericana de la Salud han financiado sus estudios.
Por otra parte, su faceta personal no desmerece de la profesional y académica. Es de destacar su colaboración con una amplia variedad de entidades culturales y ciudadanas. En 2003, escribió «Diario de una batalla: mi lucha contra el cáncer«. Es un libro autobiográfico en el que narra sus vivencias a lo largo de la enfermedad. Su última obra reúne cinco años de trabajo, lo que supone un buen ejemplo de que la protagonista del mes en esta sección envejece muy activamente.
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