La mujer más longeva de la historia vivió 122 años, 5 meses y 14 días. O, lo que es lo mismo, cuarenta y cuatro mil setecientos veinticuatro días. Su nombre es Jeanne Calment y nació el 21 de febrero de 1875 en Arlés, en el sur de Francia. Su vida ha sido objeto de estudio en multitud de ocasiones, si bien no hay acuerdo sobre los factores que influyeron en su longevidad. Tres de sus familiares más próximos también fueron longevos, pero no tanto como ella. Su padre vivió 93 años, su madre 86 y su hermano mayor 97. Se casó con un hombre rico, lo que le permitió subsistir sin aprietos. Su única hija murió de neumonía a los 36 años. Y se hizo cargo de un nieto de 7 años que, a su vez, murió joven en un accidente de coche.
En la vejez, superó marcas notables. Entre otras, la de montar en bicicleta hasta los 100 años, edad a la que ingresó en una residencia; caminar sin bastón hasta los 114 o fumar hasta los 117. Nadie ha superado su longevidad, Pero, quizá, el suceso más singular de su biografía es la venta de su casa. Se la vendió a un abogado. El contrato estipulaba el abono por su parte de una cantidad de dinero cada mes a cambio de quedarse con la casa a su muerte. Ella estaba viuda y tenía 90 años; él 47. Lo que nunca imaginó es que la anciana le sobreviviría con creces. Pero así fue. El abogado falleció 30 años después y su viuda tuvo que continuar cumpliendo lo acordado. En total, recibió el doble de la cantidad en que se valoró la vivienda.
¿Y si la mujer más longeva no lo fuera?
No hay más casos en el mundo de alguien que haya alcanzado la edad de Jeanne Calment; al menos, no que estén documentados. A veces, surgen testimonios que anuncian lo contrario; sin embargo, nunca hay pruebas serias que demuestren su certeza. Pero, en fechas recientes, ha surgido una noticia que ha causado asombro. Y es que un matemático ruso dice que hay dudas sobre la edad de nuestra protagonista. Según él, se trata de un engaño. Afirma que Calment fue suplantada por su propia hija. Las reacciones en contra no se han hecho esperar. Sobre todo en Arlés, la cuna de su nacimiento. Reniegan de los datos aportados. Y declaran con rotundidad que todo es falso. Una invención de alguien que quiere llamar la atención aprovechando la fama mundial de la mujer más longeva de la historia. En este enlace se puede leer la crónica.
Hacer Comentario