Las voluntades anticipadas, o instrucciones previas, ponen de manifiesto el deseo de la persona sobre qué tipo de asistencia quiere recibir al final de la vida. Se trata en realidad de un testamento vital, aunque en España el documento que lo avala no recibe por ahora tal denominación. Desde el año 2002, su normativa está regulada por la ley de autonomía del paciente, como se puede ver en este enlace.
El documento entra en vigor en el momento que se pierde la capacidad de decidir por uno mismo. La persona que lo firma expresa en él su decisión con respecto a las medidas a tomar en tal caso; entre otras, la clase de tratamiento que se acepta y la que se rechaza. De ahí se deriva la necesidad de suscribirlo cuando aún se conserva intacta la autonomía. Las asociaciones y entidades que piden la ampliación del derecho a una muerte digna son muy numerosas; sin embargo, hoy por hoy, el parlamento de la nación no se ha puesto de acuerdo en este sentido.
Voluntades anticipadas para una muerte digna
Envejecer y morir son una parte más del ciclo de la vida. Pero no nos gusta ser finitos. Y el sueño de la inmortalidad nos persigue. En la sociedad actual, la muerte es solo un gran enemigo a derrotar. A cualquier precio. ¿Dónde nos lleva esa visión? Pues a caer en manos de una medicina que parece actuar más en contra de las personas que a su favor. El ensañamiento terapéutico es un acto cada vez más habitual. ¿Es digno mantener con vida a quien no responde a las terapias? No parece una postura muy ética mantener vivo un cuerpo solo porque la tecnología lo permite.
No se debería alargar la vida sin intentar mejorarla. Calidad siempre es mejor que cantidad; aunque a veces los límites son difusos. Y, además, cada cual tiene los suyos. En este ámbito, la religión y la moral aún pesan mucho. Pero en el siglo XXI, la conquista de una muerte digna es un derecho reconocido. Hay quien no lo reclama; no obstante, no se debe impedir a quién no piensa igual. Los adelantos de la ciencia, en muchos aspectos, han llevado a la humanidad a rebasar metas antes insospechadas. Y no parece lógico que, a pesar de ser posible, no tengamos una muerte digna. El registro de voluntades anticipadas es solo un paso muy pequeño. Queda mucho por lograr; pero, al menos, es una cierta garantía. Dispón de él cuanto antes; tengas la edad que tengas.
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