El padre de Mortadelo y Filemón, Francisco Ibáñez, llega a los 83 años sin dejar de dibujar; sin duda, es un modo envidiable de celebrar un cumpleaños. A lo largo de su vida, ha construido multitud de personajes que siguen divirtiendo a quien los lee. No en vano, el dibujante crea cada día nuevas historias para deleitar a sus admiradores. Y lleva más de 60 años ocupado en esta labor. El pasado año, en la feria del libro de Madrid, Ibáñez conmemoraba el aniversario de su creación más famosa: Mortadelo y Filemón. Pocos ignoran de quienes se trata. Son dos agentes de la TIA (Técnicos de Investigación Aeroterráquea); el acrónimo hace una clara referencia a la CIA, la Agencia Central de Inteligencia Americana.

Pero los detectives no son las únicas figuras que ha creado. El botones Sacarino, Rompetechos, Pepe Gotera y Otilio y los peculiares vecinos de la 13 rue del Percebe, entre otros, también nacieron de su pluma. Todos ellos son los protagonistas de un mundo estrafalario que, en el fondo, no refleja sino la parte más cómica de la actualidad cotidiana. Una actualidad que se ha ido transformando con el tiempo. Nacieron en la pasada década de los cincuenta; un tiempo de hambruna en España, cuya postguerra aún no había concluido. Según el autor, el nombre de Mortadelo hace referencia a dicho embutido, que era entonces un bocado muy apreciado; Filemón, por otra parte, recordaba a filetón, un lujo al alcance de pocas mesas. No obstante, su personaje preferido es Rompetechos; un hombre bajito, con gafas de culo de vaso, que asegura que, en el fondo, se le parece mucho.

El padre de Mortadelo y Filemón no piensa jubilarse

Francisco Ibáñez Talavera nació el 15 de marzo de 1936, en Barcelona. Estudió contabilidad y empezó a trabajar de botones en un banco, pero cambió ese puesto por el dibujo. 63 años después, no ha abandonado los lápices. La espalda le molesta; es normal, pasa mucho tiempo inclinado ante la mesa. Sin tener en cuenta los achaques, explica, estoy como una rosa. Y no quiere jubilarse; al menos, al igual que otros grandes genios, mientras su público se divierta con él. Atribuye su éxito al trabajo constante. Los guiones son una parte esencial de la narración; sin ellos no hay nada que hacer, sostiene.

Ha recibido multitud de premios; sin embargo, asegura que el mejor de los premios es el público que hace cola para la firma de un ejemplar. En la última edición, el padre de Mortadelo y Filemón muestra a sus hijos un poco achacosos. El tiempo pasa para todos, aunque hay que hacerle frente. Ojalá que sus personajes nos sigan alegrando mucho tiempo. Este enlace, muestra una entrevista con el autor que merece la pena leer si se le quiere conocer a fondo. ¡Feliz cumpleaños, maestro!

 

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