No hay grupo humano que no valore la salud como un eje esencial de la vida. Y lo muestra bien el hecho de que su cuidado se confió siempre a figuras de prestigio. A lo largo de la historia, hechiceros, videntes o credos religiosos de distinto signo buscaron las causas de la enfermedad y el modo de paliar sus efectos más nocivos. A partir del final del siglo XIX y el principio del XX se produjeron grandes avances que asentaron en la ciencia el patrón en uso.
El descubrimiento de las vitaminas puso fin a los daños de su carencia; la identificación de los microorganismos dio paso al control de las enfermedades infectocontagiosas; así mismo, la aparición de las vacunas inauguró la fase de la protección de la salud. Y se instauró un modelo de salud biomédico que hoy por hoy es el que predomina. Son los expertos de la salud quienes diagnostican las patologías y, con la ayuda de los fármacos, tratan de remediarlas.
Perspectiva actual de la salud
La salud es un concepto que encierra vertientes muy diversas. No solo son de orden físico, psicológico y social; además, se le unen variables económicas y de medio ambiente. En la década de los 70 del siglo XX, un estudio conocido como el Informe Lalonde, subrayó el peso de estos componentes. El documento pone el énfasis en el valor de los determinantes de la salud. Se trata de una serie de factores que influyen en esta y que se reúnen en cuatro grandes grupos. El primero, que no modificable, es la biología humana; a continuación están los estilos de vida, el medio ambiente y el sistema sanitario, que sí lo son.
Marc Lalonde, entonces ministro de Sanidad en Canadá, evaluó el peso de cada uno de ellos con respecto a su peso en cuanto a la salud de la población. A la vez, estimó el gasto que se dedica a su mantenimiento en cada caso. Y el análisis pone de relieve una gran paradoja. En las sociedades que gozan de un alto nivel económico, la distribución del gasto es inversamente proporcional al efecto de sus determinantes. Los efectos de la pandemia por el SARS-Co-2 lo ponen de relieve día a día. Sin embargo, apenas se escucha la voz de quienes reclaman prestar más atención a los determinantes de la salud a la hora de paliar el alcance de la pandemia y sus daños.
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