La relación entre alimentación y salud es muy estrecha. Y así lo indican multitud de estudios. Según la OMS, mantener unos patrones de alimentación adecuados es esencial para la salud. ¿Y cuáles son esos patrones? A veces, el concepto alimentación sana se ve parejo al de un tipo de comida que es poco agradable al paladar. Sin embargo, es un gran error.
Una alimentación saludable no tiene por qué perder la dimensión placentera del acto de comer. Una muestra se ve en la cocina española. Bajo las pautas de la dieta mediterránea tiene a su favor una tradición que une la comida y la salud. Eso sí, hoy por hoy, la población se aleja cada vez más de una horma que, además de grata, es sana.
Preservar el vínculo entre alimentación y salud
La ciencia de la nutrición encierra una gran variedad de aspectos. Pero para planificar una dieta sana no se necesita un conocimiento a fondo de la materia. Tan solo se trata de incorporar una serie de reglas a los hábitos en torno a los que se come. Y es que falta el sentido común y sobran mitos con respecto a las dietas. Un buen punto de partida es consumir en abundancia alimentos de origen vegetal. Las frutas, las hortalizas, las legumbres y los frutos secos han de estar presentes con frecuencia en la mesa. Todos ellos son una fuente de vitaminas y minerales, nutrientes esenciales en la marcha del organismo. Lo son así mismo de fibra. Y la fibra es uno de los elementos más deficitarios en la dieta actual.
Otros alimentos de origen vegetal (los cereales, como el arroz, el maíz… o el trigo y sus derivados: pan y pastas) son mejores en su versión integral; es decir, con un alto contenido en fibra. Los alimentos de origen animal, como la carne o el pescado, no contienen fibra. Eso sí, son ricos en proteínas. En este grupo también se incluyen la leche (y los quesos) y el huevo. Conviene recordar que la cantidad que se precisa de estas no es muy grande. Y que siempre es más recomendable el consumo de pescado al de la carne o los embutidos.
Otra consideración es que, a cualquier edad, la bebida por excelencia es el agua. Son muchos los adultos que acompañan sus comidas con alcohol (vino o cerveza). No obstante, hace ya tiempo que la evidencia echa por tierra sus supuestos beneficios. No existen; son falsos. Que no te engañen. Las bebidas alcohólicas podrán gustar, pero no son saludables.
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