Con las primeras vacunas para los mayores, se abre por fin una puerta a la esperanza para sus principales víctimas. El SARS-CoV-2 lleva un año entre nosotros. A finales de diciembre de 2019, supimos de él en la ciudad de Wuhan. Parecía un problema ajeno al resto del mundo; pero, dos meses más tarde, se extendía cada vez más. Y el 11 de marzo la OMS declaró pandemia a la Covid-19.

A partir de ahí, hubo semanas de horror al comprobar sus efectos. El virus se ceba con los más débiles. Y su daño crece en los geriátricos. La mitad de las personas que han fallecido en España vivía en ellos. Se acrecentó el dolor por las despedidas sin abrazos ni besosMuchos mayores ni tan siquiera recibieron la atención y el cuidado precisos. Son hechos muy graves que hoy están en el punto de mira de los tribunales

Confianza tras las primeras vacunas para mayores

Por fortuna, el año acaba mejor de lo que empezó. La obtención de la vacuna se considera un éxito sin precedentes; es un hecho que hay que celebrar. La campaña de inmunización ya está en marcha. En España se inició ayer. Según el Ministerio de Sanidad, se distribuirán 4.000.000 de dosis en las próximas doce semanas. los mayores son a los que antes se vacuna, junto con los sanitarios y cuidadores que los atienden. No puede ser de otro modo. No supimos proteger a los más vulnerables. Y se ha de saldar la deuda. El laboratorio que las suministra, Pfizer, comunica retrasos en el reparto; es de desear que no surjan contratiempos graves. 

En cualquier caso, pese a la vacuna, conviene no bajar la guardia. Las medidas preventivas siguen en vigor. En primer lugar, porque el efecto no es inmediato; la vacuna tarda un tiempo en actuar y se requiere una segunda dosis para lograr la inmunidad ante el virus. Además, su grado de protección, aunque es alto, no es el cien por cien y se ignora cuánto dura su efectividad. Se abre una puerta a la esperanza, sí; no obstante, el riesgo se mantiene y el número de afectados no para de crecer. El mejor modo de evitarlo es no olvidar la higiene en tiempos del virus. Está en juego la salud de todos, y sobre todo la de los mayores. Se ve el final del túnel, pero aún estamos dentro de él.

¡Un feliz Año Nuevo!

 

 

 

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