El estudio de las funciones cognitivas se apoya en la ciencia. A través del método científico se formulan preguntas, se plantean hipótesis, se analizan los datos y se obtienen conclusiones. El resultado se contrasta con el supuesto de inicio y, si no es sólido, hay que comenzar de nuevo. Así hasta lograr un nivel de evidencia en el que no haya fisuras. La historia muestra que el conocimiento se ha construido gracias a la observación y el rigor.

Principios que en la actualidad se consideran ciertos se sustentan en pruebas que costó mucho validar. Hoy no se duda de que el cerebro es la base del pensamiento y el sentir. Pero no siempre fue así. Por ejemplo, los egipcios creían que las ideas nacían del corazón y el diafragma. Y no fueron los únicos. Aristóteles fue un gran maestro del pensamiento en muchos ámbitos; sin embargo, y en contra del criterio de Platón, sostenía que el alma se aloja en el corazón. Acabar con ese error costó siglos. Y es que las funciones del cerebro no se han visto bajo el prisma de la ciencia hasta fechas muy recientes.

Alexander Luria y el estudio de las funciones cognitivas

En el siglo XIX, un neurólogo francés, llamado Paul Broca, lo demostró no solo con teorías, sino de un modo práctico. En el año 1865 llegó a sus oídos el caso de un paciente que había perdido la capacidad del habla. Tras fallecer este, procedió a hacer la autopsia y examinar su cerebro. Mostró que el problema se debía a una lesión en el lóbulo frontal izquierdo. Con el hallazgo puso de relieve que el área dañada jugaba un papel fundamental en el uso del lenguaje.

Pero fue un neurólogo ruso quien alentó con fuerza el examen de las funciones cognitivas. Se trata de Alexander Luria, que investigó a fondo la conducta de personas con trastornos del sistema nervioso. Con el fin de evaluar competencias como la atención, la memoria o el lenguaje, diseñó una amplia batería de pruebas. Hoy, además de un gran científico de la mente, se le considera el impulsor de la Neuropsicología, una rama de la ciencia que se consolida más y más.

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