Las dificultades con el sueño aquejan a individuos de todas las edades. No obstante, el porcentaje de personas que no duerme bien crece a medida que aumentan los años. Aspectos como la tardanza en conciliar el sueño, los despertares a lo largo de la noche o el dormir poco suelen ser un motivo de queja entre los mayores. De ello se suele derivar la demanda de un remedio que mejore la calidad del sueño; casi siempre, farmacológico. Y es que la creencia en que una píldora ayuda a dormir bien es muy usual.

Sin embargo, muchos de estos medicamentos conllevan perjuicios para quien los toma. A veces provocan dependencia, tanto a nivel físico como psicológico; con el paso del tiempo, crean tolerancia, lo que reduce su eficacia y genera nuevas fuentes de insomnio. Además, pueden causar somnolencia diurna, con el consiguiente riesgo de caídas. Y no hay duda de que las caídas en la edad avanzada son graves. 

Atajar las dificultades con el sueño sin fármacos

Dormir mal tiene resultados negativos en la actividad del día. Entre otros, que asoma el cansancio, la irritabilidad, la falta de concentración o el adormecimiento. La situación afecta al bienestar de la persona y no permite el desarrollo de un envejecimiento activo. Se impone por lo tanto buscar una fórmula que resuelva el problema. En este sentido, mantener una buena higiene del sueño es un paso primordial

El organismo humano posee un reloj biológico cuyo funcionamiento se rige por la luz. El sol regula el ritmo circadiano; es el astro que ordena el ciclo del día y la noche y orienta el sueño. Y la mayor causa de insomnio es la falta de ajuste a ese ritmo, ya que la luz eléctrica y su mal uso en el estilo de vida actual lo trastocan. Es preciso armonizar al máximo los periodos de descanso y de actividad. Se trata de seguir una serie de normas y, sobre todo, de perseverar en ellas antes de acudir a un fármaco ante el hecho de no descansar por la noche. 


Pautas para la mejora del sueño.

1. Fijar un horario regular al acostarse y al levantarse; incluso, si no se ha dormido bien.

2. Practicar algún tipo de actividad física; eso sí, no a última hora de la tarde.

3.  Preparar el descanso de la noche con algún tipo de relajación previa; un baño, ayuda.

4. No ir a la cama antes de sentir sueño, ni permanecer en ella si no se duerme. 

5. No beber alcohol ni café; perturban el sueño.

6. Si solo se sigue una de estas medidas, que sea la primera.

Este enlace amplia la información con una serie de claves.

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