La reserva cognitiva es la capacidad con que cuenta una persona como resultado de los aprendizajes y conocimientos adquiridos a lo largo de la vida. En su mayor o menor amplitud interviene, además de los factores genéticos, la actividad física; esta última se deriva tanto de la práctica del deporte como de ejercicios que promueven un buen desarrollo motor.
El concepto de reserva cognitiva es muy reciente. Su existencia se puso de relieve con una investigación conocida como El estudio de las monjas. En ella, se analizó el cerebro de personas sanas a nivel cognitivo tras su fallecimiento. Y se comprobó la existencia de lesiones propias de la enfermedad de Alzheimer; así mismo, destacaba el tamaño cerebral, superior al promedio. La conclusión fue que los síntomas de la patología se retrasan en un cerebro de mayor volumen. Es decir, una masa encefálica mayor tiene un efecto protector sobre el funcionamiento de la mente. Al parecer, el mecanismo de acción obedece a la abundancia de sinapsis o conexiones entre las neuronas, lo que origina unos circuitos más potentes y desarrollados. De este modo, ante la existencia de daños, una red cerebral más fuerte hace que las tareas asociadas a un circuito concreto se realicen a través de vías alternativas.
Reserva cognitiva ¿de qué depende?
Los años de formación, el cociente intelectual, el tipo de ocupación laboral, la alimentación sana, la actividad física y el desarrollo de un quehacer estimulante influyen de forma positiva en la amplitud de la reserva. En general, lo hacen todas las variables que guardan relación con unos hábitos de vida saludables tienen una función protectora en el cerebro.
Numerosos estudios muestran que la actividad mental intensa se asocia con unos bajos índices de deterioro a nivel cognitivo. No obstante, se sabe que la reserva cognitiva no se mantiene estable: se ha de cuidar, ejercitando la mente. Y es que, gracias a su capacidad plástica, el cerebro forma nuevas conexiones y aumenta la densidad de la red neuronal. El proceso permanece constante a lo largo del ciclo vital; una condición que sin duda invita a no dejar de tener la mente activa.
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