Una dieta saludable para nuestro planeta pasa por cambiar el modelo alimentario al uso. Una dieta saludable para las personas requiere cambios en los hábitos alimentarios. La salud de la población y la sostenibilidad del planeta van de la mano. Así lo advierte un estudio publicado semanas atrás en la revista The Lancet. Alimentar a una población que se incrementa sin cesar no es fácil. La comisión EAT – Lancet lo ha puesto de manifiesto con rotundidad. «La transformación a dietas saludables para el año 2050 requerirá cambios sustanciales. El consumo de frutas, vegetales, frutos secos y legumbres deberá duplicarse. Y el consumo de alimentos como la carne roja y el azúcar reducirse en un 50%. Una dieta rica en vegetales y menos alimentos de origen animal confiere una buena salud y beneficios ambientales«.

El estado de la salud individual obedece en gran medida al tipo de alimentos que se consume; pero, al mismo tiempo, la salud del planeta también depende de ello. En este sentido, las conclusiones de la investigación no pueden ser más pesimistas. A las razones de todo tipo que deterioran el medio ambiente se une ahora otra más: la producción intensiva de alimentos. El modo en que nos alimentamos tiene un impacto negativo en el entorno. Y el problema se debe resolver con urgencia. Está en juego el futuro de las próximas generaciones.  

¿Qué es una dieta saludable para nuestro planeta?

Las recomendaciones de la comisión EAT – Lancet son claras al respecto. El exceso de alimentos procesados no es saludable ni sostenible. La comida diaria se debe basar en alimentos de origen vegetal. Al menos la mitad de nuestros platos ha de incluir legumbres, verduras y frutas; los cereales deben ser integrales y los frutos secos ser consumidos con frecuencia. Por otro lado, conviene elegir alimentos locales y de temporada, así como disminuir el desperdicio de comida.

Sin embargo, las recomendaciones de los expertos no acaban ahí. También urgen a los gobiernos a firmar compromisos internacionales. El desarrollo de la agricultura precisa asimismo de cambios y las estrategias de gestión de las tierras y los mares se deben modificar. En consecuencia, hay que adoptar una serie de transformaciones de gran calado, pero imprescindibles si se pretende alimentar a una población cada vez mayor sin perjudicar al planeta. El resumen del informe de la comisión se puede consultar en este enlace. Hace tan solo tres días, la cuestión se ha vuelto a poner de relieve en los medios. Un estudio muestra los perjuicios de alimentarse mal. Y son muy graves. Otro argumento de peso que va en contra de los malos hábitos, tan en boga, y a favor de una dieta saludable tanto para nuestro planeta como para sus habitantes.

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