El Pacto de Toledo hace referencia a un acuerdo del Pleno del Congreso de los Diputados de España. Era el año 1995 y la crisis económica amenazaba la estabilidad del sistema de pensiones. Y los partidos políticos apoyaron un paquete de medidas que garantizó su mantenimiento a lo largo del tiempo. Fue una fórmula que contó con la unanimidad de todo el Parlamento. Desde entonces, la Comisión del Pacto de Toledo se ocupa de mantener la viabilidad del sistema. Sin embargo, con el paso de los años, el escenario se ha transformado. Ya no existe acuerdo sobre los supuestos que sustentaron el Pacto de Toledo. Y garantizar el nivel de vida de los pensionistas no se considera una prioridad.
No se pensó que la oposición de los mayores podría surgir, aunque así fue. Los jubilados no se han callado. Exigen sus derechos. Las manifestaciones han estado a la orden del día. La calle ha sido, y lo sigue siendo, la escena de las protestas. Organizaciones de todo tipo y sindicatos convocan movilizaciones. Y en numerosos municipios los mayores muestran sus quejas ante la situación. Madrid, Barcelona o Bilbao, entre otras ciudades, se llenan de miles de manifestantes. Es posible que a los jubilados no se les haya considerado como un sector combativo, pero lo son; muchos de los estereotipos que rodeaban la vejez han ido cayendo de forma gradual.
Sin acuerdo en el Pacto de Toledo
Los mayores están embarcados en una dinámica en la que parecen sentirse a gusto. Aún así, los acuerdos no se logran. Muchas de estas personas tienen, no obstante, una larga tradición como activistas. De jóvenes lucharon contra un régimen autoritario que negaba la libertad. Aquella etapa de su vida ya quedo atrás. A pesar de ello, no la han olvidado. Y hoy reivindican lo que se les prometió en el pasado. Quieren blindar las pensiones por ley. Y no de cualquier modo; pretenden que la ley esté dentro de la Constitución Española. Por ahora, la posibilidad no se ve muy clara. Pero solo el paso del tiempo, las protestas y los votos de los mayores nos darán la respuesta. Por el momento, la crisis de las pensiones, supuesta o real, no se ha terminado.
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