Los hijos ingratos son un grave problema en la vejez. Según el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas), la familia es la institución más valorada por los españoles, por encima de cualquier otro tipo de relación. Y en la familia se suele ver la fuente de los cuidados en la vejez, porque por tradición es la mayor red de apoyo. El código civil establece obligaciones con respecto a los padres, aunque no siempre se cumplen. En respuesta, hay padres que optan por desheredar a sus hijos.

España es el segundo país del mundo donde es más alto el legado de bienes de padres a hijos. De media, supera con creces los 100.000 €. Y se debe a que gran parte de los mayores son propietarios de una vivienda. Pero desheredar a un hijo no es fácil. Hay que demostrar el desapego y la mala relación. Además, la medida solo se puede aplicar a una parte de las tres que componen la herencia: la de libre designación. Hace poco que saltó a los medios un caso así. Sin embargo, no ocurre únicamente cuando hay en juego un gran patrimonio.

Los hijos ingratos en un programa de radio 

A vivir que son dos días, de la cadena SER, trata el problema. El centro de interés gira sobre la herencia o, mejor dicho, sobre la desheredación. Es decir, sobre el modo en que un progenitor puede evitar que sus bienes acaben en las manos de un hijo desleal. Da voz a una de las partes del conflicto, sin entrar en el fondo de la razón del desencuentro. Y dos mayores ofrecen sus testimonios. Se trata, por un lado, de un padre de 73 años, Santiago; por otro, una madre de 65, Victoria. Ambos se sienten abandonados por parte de sus hijos. Y ya han tomado sus medidas. En el primer caso, legando sus bienes a ONGs; en el segundo, gastando en vida lo que tiene; está al tanto de lo difícil que es impedir que lo reciba su hija.    

En el programa se hacen eco de la demanda de diversas asociaciones para cambiar una ley que consideran obsoleta. Reclaman una reforma del derecho de sucesión que se adapte a los patrones de convivencia familiar de hoy en día. Así mismo, hacen una reseña del libro Hijos ingratos. El autor, Pascual Ortuño, es un juez de familia que se ocupó durante años de las disputas que ocasionan los desacuerdos de las familias. Y resalta la importancia de la mediación, que debería ser una prioridad en estas situaciones. En resumen, un programa muy interesante sobre la vejez y el problema de las diferencias entre padres e hijos que acaban en una relación rota. No se lo pierda. 

Al igual que otros años, en agosto no habrá entradas. La sección vuelve de nuevo en el mes de septiembre.       

 

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