Naciones Unidas y envejecimiento han de ir de la mano. El volumen de mayores no deja de crecer. En 2050, 1 de cada 6 personas en el mundo tendrá 65 o más años. Y aún más en Europa, pues será la edad de 1 de cada 4. Los datos son relevantes y plantean un desafío sin precedentes: que los mayores desarrollen al máximo sus aptitudes. Y es que el envejecimiento no se medirá en función de la edad cronológica, sino de la capacidad de la persona para permanecer activa.
La sociedad asocia la productividad y el rendimiento con la juventud; por el contrario, contempla la vejez como una etapa marcada por la inacción. Lo cierto es que ese enfoque tiene cada vez menos que ver con la realidad de los mayores de hoy. Y no hay duda de que los estereotipos en torno a la vejez dificultan el desarrollo de la persona. Vulneran sus derechos más básicos, al tiempo que las margina y las segrega. Los efectos de la pandemia del SARS-CoV-2 en los mayores son un ejemplo de tal actitud.
Naciones Unidas y envejecimiento: no hay quorum
Por fortuna, no se deja de prestar atención a la cuestión. Los mayores no están solos. HelpAge es una de las asociaciones que más trabaja en su favor. Bajo el lema Los mayores cuentan, quiere que se celebre una Convención sobre los Derechos de las Personas Mayores. Por lo que parece, no es fácil. Hace unos días estaba prevista una reunión de trabajo a tal fin. Pero faltó el quorum preciso. En este enlace se ve la información. Lo urgente deja de lado lo importante. Solo acudieron 8 de los 146 países que se habían comprometido a defender los derechos de los mayores.
No hay duda de que no vamos por el buen camino. El envejecimiento se sigue considerando más como un problema que como un reto. Y la sociedad se ha de implicar en el cambio de esa visión. Sin embargo, hoy por hoy, nada indica que sea una prioridad. Y quienes no solo vemos elementos negativos en la vejez anhelamos otra actitud.
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