Actividad física habitual: beneficios
Los estudios que señalan que la actividad física habitual favorece la calidad de vida en la vejez son muy copiosos. Sin embargo, las personas mayores son el grupo de edad que menos ejercicio hace. Y es preci...
El concepto de salud, junto al de enfermedad, se enmarca siempre en un ámbito sociocultural determinado; su significado remite a un universo simbólico de creencias, valores y normas compartidas. A lo largo de la historia, la sociedad occidental ha ido modificando el sentido otorgado a dicho término. Hoy está ampliamente aceptada la definición hecha por la OMS en 1946, fecha de la constitución de este organismo internacional; se trata de un estado de completo bienestar físico, psíquico y social.
Más ignorado, por el contrario, es el carácter social concedido a este concepto desde 1980. Ese año se celebró en Ottawa la 1ª Conferencia Internacional para la Promoción de la Salud. A partir de entonces esta pasó a ser concebida como un recurso para la vida, una nueva perspectiva que amplia su enunciado original. De este modo, dejó de estar considerada como un valor absoluto; se trata más bien de un medio que permite alcanzar una existencia individual, social y económicamente productiva.
Según la OMS, el carácter social de la salud encierra importante implicaciones prácticas. Indica que los sistemas y estructuras que rigen las condiciones de vida de la población tienen que sopesar el impacto de sus actividades en el bienestar individual y colectivo. La salud es un derecho humano fundamental y, en consecuencia, cualquier individuo debe contar con recursos sanitarios básicos que la salvaguarden.