Somos lo que recordamos es una expresión que remite a la identidad de la persona. La utiliza a menudo José María Ruiz Vargas, catedrático emérito de Psicología de la Memoria. Y es que se ha dedicado a estudiar el funcionamiento de esta capacidad a lo largo de cinco décadas. Nació en Doña Mencía, al sur de Córdoba, en 1946. En aquel tiempo, la España rural no ofrecía muchas oportunidades de aprendizaje. Así que, con 10 años, casi un niño, ingresó en un internado religioso para iniciar los estudios. En Úbeda se formó como maestro, pero animado por su padre, continuó su preparación. Y se matriculó en la Universidad Autónoma de Madrid; aún sigue allí, como profesor

En sus planes de juventud no estaba el de la enseñanza, sino el de ser psicólogo clínico; sin embargo, las circunstancias del medio le hicieron cambiar de opinión. Por eso remarca ante sus alumnos la importancia de tener objetivos claros solo a corto plazo, ya que la vida te puede conducir por una ruta diferente a la planteada

Somos lo que recordamos y cómo lo vivimos

En sus inicios, el estudio de la memoria era bien distinto al de hoy. En los años cincuenta del pasado siglo, la teoría en boga para su investigación era el procesamiento de la información. Ruiz Vargas observó pronto la insuficiencia del modelo y varió la perspectiva. Hoy se admite que ni siquiera se sabe dónde se almacena la información que llega al cerebro a través de los sentidos. De lo que no hay duda es de que la atención y la emoción juegan un papel esencial en el curso de la memoria. Ahí se encierra la explicación de que los recuerdos con un alto impacto emocional sean prácticamente imborrables.

El profesor es autor de un amplio catálogo de libros de referencia en su campo. En el último, La memoria y la vida, explica en modo divulgativo la singularidad de este proceso cognitivo. Entre otras cuestiones de interés, subraya la transcendencia de la memoria autobiográfica, un tipo de memoria que se nutre de relatos y narraciones a través del lenguaje. Es el territorio donde se fragua la identidad. Porque, en realidad, los recuerdos no son un fiel reflejo de lo que ocurrió, sino de lo que nos ocurrió. Habrá ocasión de conocer algunos contenidos del libro en la sección de Funcionamiento cognitivo.

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