Dinámica demográfica: transformaciones
La dinámica demográfica ha condicionado el devenir humano a lo largo de la historia. Y el envejecimiento de la población es el resultado de su evolución más reciente. En las últimas décadas, nuestro paí...
El envejecimiento es la etapa final del ciclo vital humano. Una de sus principales características es la aparición de cambios orgánicos que afectan a las funciones sensoriales y la capacidad motora. Dicha circunstancia origina en el individuo un paulatino declive sin carácter patológico en sí mismo. Aún siendo cierto que la edad avanzada correlaciona con mayor probabilidad de sufrir patologías, envejecimiento y enfermedad no son sinónimos. Más allá de su vertiente biológica, la vejez cursa asimismo con factores protectores de naturaleza psíquica y sociocultural. Se trata de variables esenciales en su evolución, que contribuyen a paliar los efectos más negativos del proceso, ralentizando incluso su velocidad.
La duración del ciclo vital varía ampliamente de unas especies a otras. Ciertos tipos de moscas viven tan solo veinticuatro horas, mientras que algunas clases de tortugas gigantes alcanzan casi los doscientos años. Pero el envejecimiento es un proceso exclusivo de la especie humana. Ningún grupo animal conocido experimenta un fenómeno equivalente, salvo en entornos preservados de riesgos naturales; es decir, protegidos de depredadores, enfermedades o riesgos físicos. Esta circunstancia sólo se produce en los animales domésticos o confinados en parques zoológicos. En su ambiente natural ningún animal suele mostrar las características propias de la vejez, cuando aparecen signos de declive orgánico las adversas condiciones del hábitat lo eliminan. El envejecimiento humano, en realidad, es fruto de las transformaciones que el patrimonio sociocultural ha ido imponiendo a la naturaleza. ¡Celebremos tan extraordinario resultado!