Rita Levi-Montalcini fue una prestigiosa neurocientífica italiana que trabajó incansable hasta poco antes de fallecer a los 103 años, en 2012. Nació en Turín (Italia), en el seno de una familia judía. Estudió Medicina con la oposición de su padre y se costeó sus estudios desde muy joven. Durante la persecución nazi a los judíos, se vio obligada a permanecer escondida en su domicilio. Tras convertir su dormitorio en un laboratorio, comenzó en él sus primeras investigaciones. Al final de la Segunda Guerra Mundial se trasladó a Estados Unidos con una beca de estudios que duraba seis meses; sin embargo, se quedó a vivir allí más de treinta años.

A lo largo de ese tiempo, desarrolló numerosas investigaciones en el ámbito de la Neurología. Una de las más señaladas fue el descubrimiento del factor neurotrófico del cerebro, conocido como BNFD por sus siglas en inglés. Se trata de una sustancia proteica que preserva el normal funcionamiento cerebral. En 1986 recibió el premio Nobel de Medicina por este hallazgo. Ocupó grandes puestos académicos y es autora de numerosas obras, tanto de interés científico como social. Creó el Instituto Europeo de Investigación del Cerebro y fue nombrada senadora vitalicia en Italia. En 2008, un año antes de celebrar su 100 cumpleaños, la Universidad Complutense, en Madrid, la nombró doctora honoris causa. 

Rita Levi-Montalcini: un modelo de vejez

Además de por su magnífica labor y su longevidad, la investigadora destacó por su positiva actitud ante la vida. Ya en la vejez, afirmaba que hay que huir de la obsesión por los años ya que, a pesar de que la vista y el oído le funcionaban peor, el cerebro continuaba igual que siempre. Lo achacaba a su voluntad de mantenerse activa y conservar la curiosidad por cuanto la rodeaba. Y declaraba, no debemos vivir la vejez recordando el tiempo pasado, sino haciendo planes para el tiempo que nos queda; tanto si es un día, un mes o unos cuantos años.

En el libro titulado Un as en la manga, Rita Levi-Montalcini mantiene que en el juego de la vida la carta más alta de la que valerse es la actividad mental. El cerebro es el as con el que se puede contar en la vejez; a diferencia de otros órganos, no solo no se desgasta con el uso, sino que se fortalece. Como ejemplo, citaba a grandes genios que desplegaron su creatividad hasta edades avanzadas; entre otros, Miguel Ángel, Galileo o Picasso. Y es que su fortaleza fue afrontar la vejez recurriendo a un as en la manga: el ejercicio cerebral.  

2 Respuestas

  1. breeskin

    Trabajo con personas mayores y me apoyo mucho en las fichas de memorias para las clases y talleres, ademas de los articulos, considero que este, es un excelente espacio para estar en forma cerebralmente

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